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Camilo Rodríguez: identificación por radiofrecuencia y el potencial en zonas rurales

El Mercurio –  Aunque muchas veces no lo veamos, los sistemas RFID o Radio Frequency Identification están por todos lados y, a juzgar por la evolución de la tecnología, lo estarán aún más.

Ejemplos del uso de la radiofrecuencia hay muchos. Un sinnúmero de empresas alrededor del mundo usan RFID para mejorar su eficiencia interna.

Hoy el RFID se utiliza para muchas funciones, desde el rastreo de ganado y de mascotas hasta la activación de equipo en pozos petroleros. Las aplicaciones más comunes son los sistemas de pago, el control de acceso y el seguimiento de los activos. También se puede ver en etiquetas antirrobo o pasaportes con esta tecnología, e incluso chips para mascotas.

De manera creciente empresas dedicadas a los rubros de comercialización, vestimenta, aeroespacial, defensa, manufactura, productos empaquetados de consumo y de productos farmacéuticos están viendo cómo usar RFID para hacer el seguimiento de sus productos en las cadenas de suministro. Los proveedores de servicios de salud, los productores de energía y las empresas constructoras están usando sistemas de identificación por radiofrecuencia para hacer el seguimiento de sus equipos de gran tamaño, de herramientas y de vehículos.

Lugares aislados

Camilo Rodríguez, director de Innovación de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, explica que los usos de la tecnología RFID son múltiples y además de los ya especificados también se pueden pensar en lugares de servicio para poder hacer más eficientes los diferentes procesos.

«Por ejemplo, se podría tener una agencia de arriendo de autos que con estos dispositivos automatice la entrega del auto, o que en un hospital controle la cantidad de pacientes, o en una mina determine y anuncie la cantidad de personas en un lugar específico. O que un parque de atracciones no usen tickets de entrada», dice.

Y añade que otras aplicaciones que todavía no se masifican tanto son en el área de objetos robados o perdidos o para el control de ciertos objetos como las armas. «Personalmente siento que su aplicación en medios menos convencionales, como las zonas rurales y aisladas, así como las comunidades costeras, es un desafío sumamente interesante y en el cual hemos definido varias líneas de investigación y desarrollo. Aquí se plantea un gran potencial para ofrecer soluciones con estas tecnologías que generen alto impacto, por ejemplo, en aspectos de monitoreo de salud y ambiental», asegura el académico.

Ventajas y desafíos

Para el profesor Rodríguez, hay una serie de industrias que podrían sacarle mayor provecho al potencial de RFID, como las industrias productoras de materia prima, que se pueden beneficiar con las etiquetas inteligentes de productos agrícolas y hasta de productos procesados permitiendo tener información para monitorear productos y procesos o para colectar y entregar información en tiempo real.

«Esto se aplica no solo a la industria agrícola y alimenticia, sino también a la de manufactura de ropa y de infraestructura», agrega el especialista.

A juicio de Camilo Rodríguez, una de las principales ventajas del RFID es su bajo costo, lo que posible su aplicación en una diversidad de medios. Además, el sistema de transmisión de comunicación ha sido bien probado y la barrera de aplicación no es alta.

Por otro lado, dentro de las desventajas está el hecho de que, al ser un sistema de comunicación basado en ondas radio, el medio en donde se disponen estos objetos puede tener una influencia en la comunicación (como muros anchos en construcción, por ejemplo). También han surgido algunos desafíos en relación a la masificación de su uso en ciertas frecuencias definidas lo que puede provocar una alteración en la señal.

Tomando en cuenta esto, el académico de la UDD cree que los principales desafíos de esta tecnología en el mediano plazo se centrarán en la autonomía energética de estos dispositivos, logrando integrar formas de energizar estos dispositivos que tengan un menor tamaño y una mayor autonomía.

Por otro lado, existen algunos retos relacionados con otra tendencia tecnológica, la del Internet de las Cosas.

«Me parece que habrá nuevas soluciones que mejoren y hagan más sencillo que objetos que transmiten información por RFID sean capaces también de transmitir esa información por Internet para una observación realmente remota. Otro desafío con la masificación de estos productos se relaciona con la privacidad de la información que envían», dice Rodríguez.