Fuente : El Divisadero (Prensa Escrita)
Los últimos días han estado marcados por las polémicas generadas en torno a la licitación del litio.
Con adeptos y opositores, lo concreto es que este 14 de enero se darán a conocer las empresas que se adjudicarán la exploración, explotación y comercialización de este metal, que contarán con permisos para producir hasta 400 mil toneladas, divididas en cinco cuotas de 80 mil cada una.
Pero ¿Qué es el litio? ¿Cuál es su importancia? ¿Para qué se utiliza? ¿Cuáles son las implicancias de esta licitación para el país? La geóloga y académica de la carrera de Geología de la Universidad del Desarrollo (UDD), Julietta Zamora, responde a estas interrogantes, junto con analizar información relevante en torno a este proceso de licitación.
¿Qué es el litio?
El litio es el metal más liviano y con la mayor densidad energética de toda la tabla periódica.
Tiene una alta conductividad eléctrica y término, baja viscosidad y evidencia un bajo coeficiente de expansión térmico.
No se encuentra libre en la naturaleza, porque es altamente reactivo, es decir, no existe el “litio nativo”.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), las principales fuentes de litio son salas en cuencas cerradas (58%), rocas pegmatitas y granitos (26%), arcillas enriquecidas en litio (7%), salmueras de yacimientos petroleros (3%), salmueras geotermales (3%) y zeolitas enriquecidas con litio (3%).
Los principales compuestos de litio que se producen y comercializan incluyen carbonato de litio (Li2CO3), hidróxido de litio (LiOH), cloruro de litio (LiCl), entre otros.
Uno de sus rasgos más importantes es que es muy liviano y con una alta densidad energética.
Esto significa que puede acumular mucha energía en muy poco espacio, características críticas para su uso en baterías.
Esto permite, por ejemplo, que exista la electromovilidad, pues además de ser más liviano, se puede almacenar más energía y más potencia que las baterías de plomo.
Siendo más técnicos, una batería tradicional de plomo-ácido tiene una densidad de 11340 Kg/m3 y una densidad energética de 60-100 W·h/L; una de litio, en tanto, tiene una densidad de 535 Kg/m3 y una densidad energética de 250-730 W·h/L.
¿Cuál es la importancia del litio en Chile en comparación con otros minerales?
El mercado del litio es relativamente pequeño en comparación al de otros metales, por lo que éste se negocia directamente entre productores con clientes, sumado a que no existe una bolsa de metales donde se pueda transar públicamente.
Vamos a los números para que quede más claro: la producción de cobre aproximada en toneladas en el año 2020 fue de 5,73 millones, valor que corresponde a un 23% de las reservas mundiales.
En tanto, en el mercado del litio chileno, ese mismo año, la producción fue de 85 mil toneladas, cifra que corresponde a un 52% de las reservas mundiales.
Es decir, son mercados diferentes siendo ambos igual de importantes, sin mencionar el tema del precio, que en el caso del litio aumentó 88% y un 38% en el caso del cobre.
¿Quiénes producen litio?
Los principales países que producen litio son Chile, Australia y Argentina.
Si bien existen países con abundantes recursos, no es factible económicamente explotarlos en todos ellos, debido a que presentan altos niveles de impurezas, como el magnesio.
En cuanto a las empresas, las que producen litio en Chile son Soquimich y Albemarle; en el resto del mundo son Galaxy, Orocobre, FMC, productores chinos y otros menores.
¿Cuál es la situación actual del litio en Chile? ¿A qué se debe la polémica? ¿Cuáles son las implicancias de la licitación?
El problema que existe con la licitación es que esta no resuelve la carencia de una política de Estado en torno al litio, situación que ha impedido constituir este polo de desarrollo para Chile, pese a que el mineral ha mantenido por más de cuarenta años su condición de “estratégico”: en un inicio, como combustible nuclear y, actualmente, como elemento crítico para la electro-movilidad y desarrollo de nuevas tecnologías.
La licitación fue en un tiempo muy breve y le da oportunidad principalmente a empresas que ya están operando, quitándole oportunidad a que ingresen otras organizaciones y pueda haber una mayor diversificación. Además, deja muchos aspectos sin especificar que son importantes en el marco de una crisis ambiental global, entre ellos, innovar en el proceso extractivo para minimizar su impacto sobre el ambiente, considerando científicamente los elementos que controlan los equilibrios hidrogeológicos y ecosistemas de los salares; exigir que se trabaje con las comunidades cercanas; y generar un modelo integrado, que maximice una cadena de valor y no centrado -quizás- sólo en generar materia prima.
¿Cuál es su opinión respecto a la idea de crear una empresa nacional del litio planteada por el presidente electo Gabriel Boric?
Debiese existir una política de Estado en torno al litio, que regule el mercado.
Tal vez no es lo mejor que el Estado por sí solo desarrolle estos nuevos proyectos; sin embargo, la asociación de una empresa pública con privados podría ser una alternativa a considerar. La demanda es ahora y no hay que olvidar que Chile perdió su primer lugar de productores de litio.
Se piensa incluso que, en 2025, la producción de litio ya será menos que la demanda; además, el precio sigue creciendo y no debemos perder la competitividad, considerando que este metal es el camino para disminuir el calentamiento global… y el planeta no puede esperar.
¿Cuál es el potencial del litio en las próximas décadas?
Los precios del carbonato de litio en China subieron a más de 227.000 yuanes por tonelada, el más alto registrado debido a la creciente demanda y la escasez de oferta.
Los precios del metal blanco plateado, que es un ingrediente clave para impulsar los vehículos eléctricos, se dispararon durante el año pasado, ya que los fabricantes de automóviles y baterías compiten por asegurar los suministros en medio de un impulso global por fuentes de energía menos contaminantes.
Según un nuevo el informe del departamento de investigación global de Bank of América, la industria mundial de vehículos eléctricos enfrenta una amenaza inminente de que su suministro de baterías podría agotarse ya en 2025.