Fuente: El Mercurio
“La construcción de nuevas plantas desaladoras ha sido una de las estrategias más importantes para diversificar las fuentes de agua”.
Alejandro Ferrada, Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo.
E ntre 2023 y 2024, el consumo de agua en la minería del cobre aumentará en 30,9% respecto a lo registrado en 2022, como consecuencia del cambio de la matriz de producción hacia minerales de sulfuros y la caída en las leyes de los minerales de cobre, lo que hace necesaria una mayor cantidad de agua en su procesamiento para mantener el nivel de producción.
Así lo indica el informe “Proyección de Consumo de Agua y Electricidad en la Minería del Cobre para el período 2023 y 2034”, realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). El documento explica que si bien la cifra es importante considerando la megasequía de la última década, también se proyecta para el 2034 una disminución de 39% en el consumo de agua continental y un alza de 157% de la demanda de agua de mar en la minería del cobre, comparado con 2022. El mar, estiman, representará un 69,8% del abastecimiento de agua para suplir la demanda de la industria.
Para asegurar los proyectos a largo plazo, la industria minera chilena ha adoptado una serie de medidas que aseguren la disponibilidad de agua tanto para los procesos productivos como para el consumo. Alejandro Ferrada, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo (UDD), destaca entre ellas la desalinización y la reutilización. “La construcción de nuevas plantas desaladoras ha sido una de las estrategias más importantes para diversificar las fuentes de agua y reducir la dependencia de las fuentes continentales. En tanto, la implementación de sistemas de tratamiento de aguas residuales permite reutilizar el agua en diferentes etapas del proceso productivo, disminuyendo así la demanda de agua fresca”, señala.
Agrega que otras medidas, como la optimización de procesos a través de tecnologías más eficientes; la gestión integrada de recursos hídricos en colaboración con comunidades locales, autoridades y otras industrias, y la inversión en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y procesos menos demandantes de agua, son fundamentales para asegurar la sostenibilidad a largo plazo.
“La desalinización, combinada con otras tecnologías, juega un rol importantísimo en la gestión del agua en la minería del cobre. Permite diversificar las fuentes y reducir la dependencia de las fuentes continentales, disminuyendo el impacto y asegurando la sostenibilidad del recurso, mientras que otras tecnologías, como la reutilización de aguas y la optimización de procesos, permitirán reducir el consumo de agua fresca”, señala Ferrada.
Huella hídrica
La Política Nacional Minera 2050, promulgada en 2022 por el Ministerio de Minería, estableció como metas la disminución del porcentaje de agua continental utilizado en la industria minera, no superando el 10% de las aguas totales usadas al 2030 y el 5% al 2050.
Si bien las plantas desalinizadoras son una solución para disminuir el consumo de agua continental, desde hace tiempo el uso de agua de mar es una realidad a nivel local. “Hoy se está utilizando directamente agua de mar, sin desalinizar. Esta se puede ocupar directamente en los procesos con muy buenos resultados”, señala Alberto Cortés, director del Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de La Serena.
Según el experto, el consumo de agua en la industria minera actualmente llega a un 3%, siendo inferior al 8% de hace algunos años. Esto se debe a que las empresas mineras han hecho una gran cantidad de innovaciones en el último tiempo, incluyendo las que apuntan a bajar el uso de agua. “Respecto a la extracción, de ese 3% de recursos hídricos, el 25% corresponde a agua de mar, 26% a aguas superficiales, 43% a aguas subterráneas y 6% a aguas de terceros”, comenta el académico de la Universidad de La Serena. Y agrega que, en términos globales, la industria minera recupera el 80% del agua que consume.
El informe de Cochilco señala que la desalación y el uso directo de agua de mar en las operaciones mineras representan una vía válida para asegurar la sostenibilidad y sustentabilidad a largo plazo en la industria del cobre. “Las empresas mineras deben trabajar de manera sostenible en lo económico, social y ambiental, incorporando tecnología como inteligencia artificial, para trabajar en forma segura”, concluye Cortés.
La desalinización, combinada con otras tecnologías, juega un rol importantísimo en la gestión del agua, ya que permite reducir la dependencia de las fuentes continentales.