Índice de Madurez Digital Virtus 2021 de Virtus Partners
● Según la consultora, las grandes empresas han experimentado una evolución de su madurez digital menor a la esperada.
● Las industrias más maduras digitalmente son Telecomunicaciones, Salud y Servicios Financieros. Por el contrario, las menos avanzadas son Minería y energía, Comercio y retail y Transporte y logística.
La madurez digital de las organizaciones chilenas ha evolucionado lentamente pese a la pandemia. Así lo determina la tercera edición del Índice de Madurez Digital Virtus (IMDV®) de la consultora Virtus Partners, que contó con la colaboración del Centro de Transformación Digital de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, en la etapa de recopilación de respuestas.
El estudio abarcó la participación de 297 organizaciones en Chile, incluyendo grandes empresas, pymes, asociaciones gremiales, entidades sin fines de lucro, instituciones públicas y startups.
Particularmente, el segmento de grandes empresas experimentó un avance de 6,4 puntos porcentuales respecto a la edición 2020 del estudio, el cual no alcanza a duplicar el incremento de 3,7 puntos registrado entre sus dos ediciones anteriores. En una escala de 0% a 100%, estas poseen un IMDV® de 58,1%, lo que las posiciona en un nivel de madurez digital Medio, levemente por sobre el nivel Inicial. Como señala Juan José de la Torre, Managing Partner de Virtus Digital, se trata de un avance bastante menor al esperado dada la magnitud de los cambios que estamos experimentando. “Si nos vamos al detalle, podemos ver que si bien ha habido un gran salto en cuanto a la incorporación de nuevas tecnologías y procesos, tan solo 67% de las mayores empresas del país cuentan con un propósito para la transformación digital y, aún peor, solo 52% poseen un plan de acción claro y robusto para llevarla a cabo. Es decir, una de cada dos empresas en Chile, no sabe lo que está haciendo en transformación digital y su evolución se basa en reacciones operativas a la contingencia que ha generado la pandemia”, analiza.
Lo anterior contrasta con la visión del 81% de las grandes compañías, quienes sostienen que el COVID-19 aceleró sus procesos de transformación digital. Sin embargo, de la Torre explica que lo que se aceleró fue más bien la digitalización, donde nuevas tecnologías fueron incorporadas a las organizaciones con el objetivo de mantenerlas operativas, pero sin un abordaje sistemático de las otras dimensiones claves para un verdadero proceso de transformación digital. De hecho, mientras 100% de las startups señalaron que han revisado sus modelos de negocio frente a la digitalización, solo 65% de las grandes empresas también lo han hecho.
En este sentido, Gonzalo Larraguibel, Socio de Virtus Partners, sostiene que para avanzar efectivamente hacia la transformación digital de los negocios es fundamental el foco que le da el equipo de liderazgo. Es más, señala que las organizaciones más avanzadas entienden que este ha dejado de ser una responsabilidad aislada del CIO para convertirse en un esfuerzo estratégico liderado por el CEO con apoyo del Directorio, el cual debe involucrar a toda la organización.
“El primer paso para iniciar cualquier proceso de transformación es que tanto el controlador como la alta dirección generen consciencia de la necesidad de cambio, co-construyendo un propósito inspirador y el ambiente socio emocional necesario para que este realmente se produzca. Aquí tan importante como el ser es el parecer, lo que implica involucrarse y colaborar activamente para vencer la natural resistencia a este proceso, generando un mindset que, más allá de centrarse en simplemente reaccionar a los desafíos, se abra a explorar lo nuevo y aprovechar las oportunidades que ofrece este nuevo escenario”, explica.
Por su parte, Claudio Muñoz, Director del Centro de Transformación Digital de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, señaló “la transformación digital sigue siendo uno de los cambios relevantes que enfrenta el mundo; en Chile debemos acelerar, si bien el índice IMDV muestra un avance de 6 puntos respecto al resultado del año pasado, debemos incrementar el ritmo del cambio tecnológico en las organizaciones chilenas. La clave estará en involucrar y desarrollar las competencias digitales de todos los colaboradores de la organización”.