Una alta concentración de Contaminantes Orgánicos Persistentes (PAHs) se detectó en el territorio Antártico, gracias a una investigación realizada por la Universidad del Desarrollo y la colaboración de la Universidad de Chile. Un interesante descubrimiento que podría estar afectando directamente al aumento de la contaminación y situación medioambiental de uno de los lugares más cristalinos del mundo.
La investigación se realizó en el marco del Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) con el apoyo logístico del Instituto Antártico Chileno, INACH (FONDECYT 11200413), que tenía como objetivo estudiar y conocer la composición, interacción y el aporte de la comunidad microbiana en la Antártica, a través de estudios de redes en comunidades microbianas de nieve, agua de mar y aire y, además, investigar la composición atmosférica de Contaminantes Orgánicos Persistentes.
El estudio se llevó a cabo durante dos años consecutivos en dicho continente, en las bases Arturo Prat y Yelcho. Ambas bases están geográficamente distantes con patrones de actividad humana y ambientales distintas, por lo que la presencia de PAHs podría indicar si la contaminación atmosférica local se genera fruto de la presencia y actividad humana en las bases o por la circulación atmosférica natural.
Para lo anterior, se utilizaron capturadores pasivos de contaminantes instalados en las mismas bases, en lugares cercanos y lejanos (entre dos a cinco kilómetros de distancia específicamente), para dar con un resultado que se pudiera comparar.
Como resultado, se descubrió una alta presencia de Contaminantes Orgánicos Persistentes, con mayor presencia en la época de verano debido a la mayor actividad humana en dicha estación, y por otra parte, concentraciones que bajan considerablemente en periodos de invierno. Esta contaminación, se produce por la quema de madera, materia orgánica, y uso de combustibles fósiles en las bases ubicadas en el sector occidental Antártico y también, por la presencia de investigadores o personas que viajan al continente.
“Lo más llamativo que se publicó es que hay una alta concentración de estos componentes relacionados con las bases, en relación con el punto más lejano, donde la presencia de estos elementos es baja. Esto nos demuestra o alerta de cuáles son las acciones que hay que tomar o qué opciones tenemos para que esta situación vaya disminuyendo en el tiempo”, señaló María Estrella Alcamán, investigadora principal del estudio y del Centro de Investigación en Tecnologías para la Sociedad (C+) de Ingeniería UDD y de la línea de investigación Zona Costera del (CR)2.
Sobre los próximos pasos a seguir, Alcamán reiteró la importancia de “tomar consideraciones desde el impacto ambiental, para así entregar los resultados a las personas encargadas de la toma de decisiones para que opten por energías más renovables, se deje usar petróleo, quemar madera y busquen soluciones que vayan en beneficio del medio ambiente y eviten que la Antártica sea un foco de contaminación mundial”.