Un grupo de investigadores latinoamericanos está participando en el Proyecto PACE (Plancton, Aerosol, Cloud, ocean Ecosystem) de la NASA. PACE es un satélite de órbita polar, que como dice su nombre, tiene entre sus objetivos estudiar y desarrollar herramientas para entender distintas características del sistema planetario, dentro de las cuales se encuentran los aerosoles atmosféricos. Estos, además de mediar con el clima (por ejemplo, a través de su interacción en la formación de nubes y de su capacidad de enfriar o calentar la atmósfera) son de suma importancia a nivel de la superficie ya que afectan en el aire que respiramos.
PACE, que fue enviado al espacio en febrero de 2024, contiene los instrumentos “OCI”, “HARP” y “SPExone”, que servirán para estudiar en detalle los aerosoles atmosféricos y nutrirán de información detallada a los investigadores con el fin de estudiar cómo afectan las diferentes partículas que componen el aire en la salud de los seres humanos a nivel global.
Sebastián Diez, miembro del Centro de Investigación en Tecnologías para la Sociedad (C+) de Ingeniería UDD, lidera este proyecto de aplicación, quien, junto con sus colaboradores, estarán mapeando los aerosoles a nivel superficial en todo Latinoamérica. Luego de aplicar a un proyecto a NASA, se han convertido recientemente en “early adopters” (adoptantes tempranos), lo que implica acceso privilegiado a los productos de datos de PACE, los cuales se emplearán principalmente para poder caracterizar la exposición a material particulado fino y sus impactos en Chile y Latinoamérica.
“Nuestro objetivo es mejorar la compresión actual que existe de la distribución de aerosoles y ojalá reducir las incertidumbres en las estimaciones regionales de los impactos en salud del material particulado fino, que según los datos actuales causa alrededor de 4 millones de muertes anuales en todo el mundo. Las metodologías actuales para estimar estos impactos tienden a sub-dimensionar la exposición en la región, por lo que esperamos que los resultados de nuestro proyecto sean de utilidad a los tomadores de decisiones y a la comunidad en general”, señaló Sebastián, agregando además que al no haber suficiente información actualmente, la comprensión y políticas públicas pueden ser limitadas y hasta ineficaces.
Otro de los aspectos que se destaca en este proyecto, es que los instrumentos montados en PACE estregarán también información detallada de las propiedades de los aerosoles, como el tamaño, la composición y distribución, factores clave para mejorar la calidad de la información actual.
Se espera que la integración de los datos del proyecto, junto con otros instrumentos de medición de calidad aire (por ejemplo, estaciones de referencia y sensores de bajo costo), enriquecerán aún más el conocimiento sobre los impactos en salud, proporcionando así una visión integral de la composición del aire tanto en nuestro país como el resto de Latinoamérica.
Otros proyectos en colaboración con la NASA:
Otro proyecto en el que Sebastián está colaborando con la NASA es «MAIA» (acrónimo de Multi-Angle Imagen for Aerosols), un instrumento diseñado para medir la exposición humana a las partículas del aire y sus impactos en la salud. MAIA será lanzado al espacio el próximo año, permitiendo a los investigadores recibir y analizar datos detallados sobre la composición del material particulado. Estos datos ayudarán a identificar las fuentes de contaminación y a entender mejor cómo las partículas afectan la salud respiratoria y cardiovascular.
El proyecto MAIA será específicamente desarrollado en una docena de sitios en todo el planeta denominados «Targets Primarios», y la región central de Chile es uno de ellos. El área de estudio de MAIA en nuestro país cubre las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y el Maule, proporcionando una cobertura detallada y entregando datos críticos que ayudarán a desarrollar políticas y estrategias de mitigación de la contaminación del aire en pos de mejorar la calidad de vida de gran parte de la población chilena.
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