En varias cárceles del mundo, incluido Chile, los presos logran sortear las medidas de seguridad para acceder a teléfonos móviles y seguir delinquiendo.

Una de las soluciones más utilizadas son los bloqueadores o inhibidores de señal, los que han sido criticados porque interfieren con las comunicaciones de vecinos, gendarmes o incluso juzgados que operan al interior de estos recintos, y que además, suelen ser destruidos por los reclusos.Así lo afirmó la directora del Instituto Data Science de la Universidad del Desarrollo (UDD), Loreto Bravo, quien señaló que, junto con Telefónica, desarrollaron una solución alternativa que, a través del análisis avanzado de datos (big data), permite identificar los celulares que se conectan a las antenas cercanas a las cárceles y monitorear su patrón de comportamiento -como registros de llamadas, uso de datos o circulación del móvil dentro y fuera del recinto- para detectar potenciales dispositivos utilizados por reclusos y bloquearlos.Según Bravo, este sistema permite un bloqueo “mucho más dirigido” e identifica los teléfonos incluso aunque estos sean sometidos a cambios de la tarjeta SIM.

“Cuando se conectan a la antena, estos entregan la información del dispositivo con su código IMEI (International Mobile Equipment Identity), identificador único de cada teléfono móvil a nivel global”, dijo.Si bien indicó que esta metodología podría afectar a usuarios móviles que no sean reclusos, afirmó que “el daño colateral es menor que con los bloqueadores de señal”.Bravo dijo que los algoritmos empleados en la tecnología ya están listos y han sido entrenados con los datos -anonimizados- entregados por Telefónica.Comentó que en 2022 realizaron pruebas piloto en los recintos penitenciarios Colina Uno y Dos, y Santiago Uno y Sur, pero sin testear el bloqueo de los dispositivos.También explicó que las compañías de telecomunicaciones no toman nunca la decisión de bloquear un celular, tienen que recibir una orden para hacerlo y eso depende de la implementación real del proyecto.