La entrega de los premios Nobel en Física y Química 2024 ha reavivado un importante debate sobre los límites tradicionales de las disciplinas científicas. Los avances galardonados este año muestran que las soluciones a los problemas más complejos emergen en las intersecciones entre campos del saber, como lo evidencian los trabajos premiados en redes neuronales y en biología computacional. Esta nueva realidad plantea la necesidad de reconsiderar cómo categorizamos y convivimos con el conocimiento científico.
El Nobel de Física, concedido a John Hopfield y Geoffrey Hinton, ilustra este fenómeno. Aunque su trabajo se basa en principios matemáticos y físicos, su impacto ha trascendido hacia áreas como la inteligencia artificial y las neurociencias. Del mismo modo, el Nobel de Química, otorgado a Demis Hassabis, John Jumper y David Baker, destaca la convergencia entre la biología molecular y la informática, ya que su éxito en la predicción de estructuras de proteínas se basa en la inteligencia artificial y no en los métodos químicos tradicionales.
Esta convergencia no es nueva. Herramientas como el Research Space de Guevara et al. (2016) mapean las trayectorias de los investigadores entre disciplinas, mostrando cómo las áreas científicas se entrelazan. Esta forma de ver la ciencia destaca la importancia de un enfoque holístico en la organización de la investigación, evidenciando que las intersecciones entre disciplinas impulsan los descubrimientos más importantes.
La convergencia no solo afecta a la investigación, sino también a la educación. El Higher Education Space (Candia et al., 2019) ofrece una visión complementaria al conectar carreras universitarias según las preferencias reveladas de los estudiantes. Esta herramienta revela la interrelación entre carreras más allá de las clasificaciones tradicionales, sugiriendo que la educación debe replantearse para fomentar trayectorias interdisciplinarias que preparen a los futuros científicos y profesionales para un mundo donde distintas disciplinas están cada vez más conectadas.
Los premios Nobel 2024 subrayan un cambio hacia lo que algunos denominan un «paradigma de convergencia». En lugar de ver las disciplinas como compartimentos separados, es más fructífero entender la ciencia como una red interconectada. Herramientas como el Research Space y el Higher Education Space son esenciales para visualizar cómo podemos integrar mejor el conocimiento y la educación para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
La ciencia moderna ha progresado al romper fronteras disciplinarias. Este enfoque interdisciplinario es esencial para los avances más transformadores.
Referencias
Guevara, M.R., Hartmann, D., Aristarán, M., Mendoza, M. & Hidalgo, C.A. (2016). The research space: Using career paths to predict the evolution of the research output of individuals, institutions, and nations. Scientometrics, 109, pp.1695-1709.
Candia, C., Encarnação, S., & Pinheiro, F.L. (2019). The higher education space: Connecting degree programs from individuals’ choices. EPJ Data Science, 8(1), p.39.