Durante los últimos años, el cambio climático ha ido agravando el fenómeno de desertificación y sequía en todo el planeta. Uno de estos casos ha sido el norte de Chile, en donde la falta de agua ha generado diversos problemas en localidades del norte, impactando principalmente a las comunidades más pobres.
Es por esto, que hace algún tiempo una colaboración entre EBP, la Consultora Ser Patrimonio, el SMI-ICE-Chile y el Centro de Investigación en Tecnologías para la Sociedad (C+) de Ingeniería UDD, estuvieron desarrollando el proyecto “Kuskalla” la cual se llevó a cabo en distintas comunidades de la región de Tarapacá.
El objetivo de esta iniciativa fue buscar la adaptación y diseñar herramientas que permitieran una resiliencia de las comunidades al cambio climático, por medio de tres ejes: energía, residuos y agua.
En relación con el último punto, relacionado con el agua, se realizó una investigación enfocada en diseñar un sistema de gestión de adaptación al cambio climático del recurso hídrico, para el aumento de la capacidad adaptativa y la disminución de la vulnerabilidad hídrica en la comunidad de Macaya, región de Tarapacá.
El proyecto se desarrolló bajo una metodología mixta, con la incorporación de los conocimientos locales y vinculación comunitaria, donde, de forma paralela, se creó un estudio de diagnóstico y monitoreo con un enfoque socio-ecológico.
Finalmente, se propuso un plan de gestión estructurado en cuatro líneas estratégicas, que abordan las brechas y desafíos en gobernanza y capacidades locales, infraestructura, equipamiento y conectividad, sostenibilidad y adaptación al cambio climático y gestión de riesgo y contingencia.
“Para mí fue una buena experiencia profesional (…) conocer la resistencia del pueblo de Macaya me motivó, me hizo interesarse en temas asociados al mecanismo de adaptación, relacionados con sus tradiciones culturales, derecho consuetudinario y justicia ambiental”, señaló Camila Sandoval, investigadora del Grupo EnviroHealth Dynamics del Centro C+ de Ingeniería UDD, quien además recalcó el interés y agradecimiento que mostró la comunidad al momento de la entrega del plan de adaptación ambiental.
Por último, la investigadora del C+ añadió que la implementación de estas iniciativas es siempre “un desafío donde se debe coordinar a múltiples actores y fomentar constantemente un trabajo colaborativo”.