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¿Cuánto cuesta? ¿Es viable?: Aterrizando el viejo debate de soterrar el sistema eléctrico en la RM

El reciente sistema frontal que golpeó la Región Metropolitana, con lluvias de cerca de 60 mm por metro cuadrado y vientos de hasta 120 km/h, reabrió un viejo debate sobre soterrar las líneas eléctricas. 

La caída de árboles en al menos 20 comunas y el masivo y prolongado  corte de suministro eléctrico que afectó a 800 mil clientes -desatando protestas en las calles por hogares con más de 100 horas sin luz-  volvieron a instalar la interrogante sobre la necesidad de optar por esta alternativa como una solución que evitaría masivos cortes y mejoras a la calidad del servicio. Pero, como siempre, la alta inversión que requiere en comparación con las redes aéreas surge como el principal obstáculo.

Aunque hay distintas miradas al respecto. El ministro de Energía, Diego Pardow, afirmó en conversación con Radio Cooperativa que «hay un piloto de soterramiento en particular en zona centro sur del país. En zonas rurales el costo es más parecido a redes aéreas. Obviamente en el caso de zonas urbanas es más caro. Pero es una discusión que tenemos que tener».

Consultado por Emol, el Ministerio de Energía declinó entregar mayores detalles al respecto ni de dónde el ministro obtuvo la información para llegar a tal conclusión. 

Si bien no hay estudios actualizados sobre la materia, desde la industria estiman que soterrar redes es entre siete y diez veces más caro que las líneas aéreas, por lo que la inversión que se requiere es grande, aunque podría compensarse con el menor gasto que se generaría en atender grandes apagones o emergencias como la actual. 

Rodrigo Castillo, ex director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas, dijo a Emol que «el soterramiento de redes sin duda contribuiría de manera muy relevante a la mejora en calidad de servicio». 

Sin embargo, dijo que «tal como muestran las cifras nacionales e internacionales su costo es muy alto y a la vez, aún cuando se tomará la definición de hacerlo, un proceso como esto es de largo plazo«. 

«Tomaría muchos años el soterrar los cables en las principales ciudades del país. Es una medida en la que se debe avanzar, en especial en puntos especialmente críticos, pero pensar en un soterramiento completo es algo que veo aún muy lejos», añadió. 

Solo en torno al 20% de la red de baja tensión de Enel Distribución -la empresa al cual apunta el principal foco de crítica producto de la actual crisis- en Santiago se encuentra bajo tierra. Según datos de 2017 de la consultora internacional Edison Electric Institute, el costo mínimo de levantar nueva infraestructura eléctrica aérea ronda los US$377 mil por kilómetro, mientras que si se hiciera de forma subterránea el valor sube a cerca de US$3,5 millones. 

Esto, en el marco de que en Santiago, solo el 20% de la red de baja tensión de Enel Distribución está soterrada. 

En tanto, un estudio realizado por la consultora Systep en agosto de 2017 añade que el costo de mantener y renovar las líneas aéreas de Santiago en ese entonces era de US$913 millones, mientras que la inversión necesaria para reemplazar la líneas aéreas por subterráneas sería de US$2.758 millones. 

Así, la diferencia de estre esos dos valores representa un costo adicional para el sistema al realizar un eventual soterramiento de US$1.8456 millones.

La misma consultora calcula ese año, además, que poner bajo tierra el 100% de las redes de media y alta tensión, así como los transformadores, podría incrementar en unos $2.400 la boleta mensual de los usuarios residenciales. 

{SUB ¿Qué dicen los expertos?}Erwin Navarrete, director de la carrera de Construcción de la Universidad Autónoma, expuso a Emol que el costo de soterrar «es al menos cuatro veces más a lo que significa postear o colocar una infraestructura aérea. Dado este alto costo para el Estado, en otros países hay experiencias exitosas con el modelo de concesiones a privados: empresas realizan el ducto subterráneo y cobran a las compañías telefónicas y de energía una cuota por su uso». 

{CITA Erwin Navarrete, director de la carrera de Construcción de la Universidad Autónoma: «El costo de hacerlo es cuatro veces más a lo que significa postear o colocar una infraestructura aérea».} El problema de soterrar, agregó, es «multifuncional, no es solamente un tema de cable», dado que se debe tener presente la mantención de la vías y del arbolado urbano, además, «las empresas eléctricas y de telecomunicaciones tienen que hacerse cargo de la cantidad de cables que existen en el postado aéreo. Se estima que cerca del 80% de los cables existentes están en desuso, o sea, basura».

En tanto, Alex Godoy, director CiSGER UDD (Centro de Investigación en Sustentabilidad) apuntó a que en Chile no hay una planificación centralizada para soterrar servicios como la red eléctrica y la fibra óptica, lo que lleva a costos adicionales y a la apertura frecuente de calles. 

Por eso planteó a Emol que se necesita una planificación coordinada para reducir costos y mejorar la eficiencia en el soterramiento de servicios. «Siempre se puede soterrar. O sea, existen grandes ejemplos a nivel global de soterrar líneas eléctricas. El tema que acá, por lo menos la percepción que se tiene es que no hay un orden de qué cosa soterrar o no», indicó Godoy. 

En ese sentido, ejemplificó cuando se instalaron las redes de fibra óptica.  «Primero llegó una empresa, después llegó otra y al final tú tenías una construcción en la cual en ciertas calles se abría tres o cuatro veces el terreno para poder soterrar». 

Por eso, Godoy remarcó que «se requiere una planificación coordinada en términos de que si vamos a soterrar la red eléctrica, esa también podría estar soterrada con otro tipo de servicios como línea de fibra óptica, etcétera». 

«Lo que uno debiera esperar es una planificación un poquito más centralizada de qué servicios requieren este tipo de soterramiento, cuánto sería el costo y finalmente quién paga, porque esto es un tema de costo. Y si esto lo va a tomar la industria o va a también ver el beneficio en términos de Gobierno. ¿Y por qué? Porque esto encarece los costos», añadió.