FUENTE: PAÍS CIRCULAR
El director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo (CISGER) desmenuza el lapidario documento del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado justo cuando el planeta entero sufre por eventos climáticos de extrema gravedad. En esta entrevista con País Circular, el experto cree que el reporte influenciará las negociaciones en la próxima COP 26, y analiza el papel que le compete a Chile ante este nuevo escenario, partiendo por asumir algunas cuestiones elementales: que la mitad de nuestro país será árido o semiárido y habrá que adaptarse.
El lapidario sexto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) causó revuelo mundial por las catastróficas implicancias que supone para el planeta. De igual modo, los últimos eventos extremos que se replicaron en variados puntos del globo -olas de calor en Canadá, incendios en Turquía y Grecia, inundaciones en Alemania, nevadas en Brasil- constatan que la crisis climática no es un asunto del mañana, sino del presente, y que urgen medidas para contrarrestar lo que, en algunos pasajes del documento, se describe como “irreversible”.
De las implicancias de este informe validado por la ciencia, y de los últimos desastres climáticos, habla Álex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo (CISGER), quien ha abordado este tema en distintas publicaciones. Defiende la importancia de agudizar el sentido de urgencia de esta crisis, al igual como sucede con el COVID, y que la próxima COP26 encarna una oportunidad para reencaminar las negociaciones entre las partes.
En el caso chileno, dice Godoy, es importante dejar de poner el foco en la mitigación, para centrarse en los planes de adaptación a largo plazo, porque las ciudades no serán las mismas. Es más, la primera tarea que Chile debiese acometer es asumir la nueva realidad climática: que nuestro país ya no tendrá estaciones marcadas y que, en el escenario más favorable, la mitad de su territorio será árido o semiárido.
-¿Quedaron cortas las proyecciones sobre el cambio climático a la luz de lo que arroja el informe del IPCC?
-No, al contrario. El informe del IPCC fue aprobado por 195 países; si no, no podría haber sido divulgado. Eso significa que todos los gobiernos están de acuerdo con sus contenidos, no he visto a ningún gobierno decir “no estoy de acuerdo con esta visión” o “no sabíamos”. El informe refleja de forma cruda muchas cosas; es contundente. No cabe duda de que la evidencia es cada vez más precisa y exacta.
-¿Y qué sensación le dejó el término “irreversible” escrito en el documento? ¿Recuerdas si los otros informes incluían esta palabra?
-Fíjate que no, porque obviamente el informe hay que escribirlo con una responsabilidad bien ad-hoc. Ahora bien, esto es como bajar de peso: cuando uno empieza una dieta, no baja de peso al otro día, se demora en el tiempo. Esto es lo mismo. Si logramos reducir las emisiones, aún existe una acumulación de gases de efecto invernadero (GEI), que hace que esto se mantenga durante un tiempo. Por eso los autores han dicho que, dada esta evidencia, no hay que ser carbono neutral, sino carbono negativos. Los cambios van a demorar; cualquier cambio que hagamos en reducción de temperaturas y estabilización climática irá más allá de nuestra generación. Yo que tengo 45 años, no lo voy a ver. Voy a vivir en un mundo con menos concentración de GEI; no obstante, el clima no cambiará. Eso es una cuota de realidad. Cuando estoy en sobrepeso, y ese sobrepeso está marcado por la balanza, eso es real. Eso no es ser pesimista.
-¿Y entonces qué nuevo empuje tienen que dar los tomadores de decisiones para dar ese salto a la carbono negatividad?
-Todos los países, incluido Chile, debe asumir, ya no solo discursivamente, que son países vulnerables al cambio climático. Chile, en particular, es un país que hoy vive una sequía feroz, y lo más probable es que la mitad de nuestro país viva en sequía. Hay que asumir que la mitad de Chile va a vivir en un clima árido o semiárido; la evidencia dice que la sequía no va a parar, sino que se va a agravar. Que ese clima mediterráneo de cuatro estaciones bien marcadas, no lo veremos más. Cuando te planteas de esa forma, cualquier política o acción debe ir orientada a esa nueva realidad.
-El informe señala inequívocamente que la humanidad es responsable del cambio climático. Pero decir que “todos” somos responsables finalmente no le endosa la responsabilidad a nadie. Entonces, ¿en quién recae esa responsabilidad?, ¿quiénes están detrás de la crisis?, ¿por qué el informe no los individualiza?
-Porque el informe no tiene por objeto buscar culpables; el informe tiene por misión demostrar la evidencia científica. Respecto de lo que dices, uno en este caso debe citar a Orwell: todos somos responsables, pero algunos son más responsables que otros. Si me preguntas, no es que sean empresas o industrias, sino personas con nombre y apellido. Recuerda que quienes toman las decisiones en las empresas son personas de carne y hueso como tú o como yo. Hay mucha responsabilidad de actores privados, que, siendo un poco escépticos, no creyendo porque económicamente no era rentable, no hicieron nada todos estos años. Ellos son los responsables. Pero al final, somos todos responsables; uno puede serlo por no exigirles a los candidatos presidenciales tener una actitud más comprometida por este tema. Todos tenemos una cuota de responsabilidad, pero algunos son más responsables que otros. Esto nunca estuvo en los planes de los gobiernos anteriores; la economía era lo más importante y estamos pagando las consecuencias.