Fuente: Pauta.cl
Para Álex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad (CiSGER) de la Universidad del Desarrollo, «el tema está en a qué le llamamos priorización del agua y eso tiene que definirse». Explica que es importante establecer una delimitación de lo que es la priorización, qué ámbitos incluyen el consumo humano, tanto en la dimensión rural como la urbana, y a cuánto corresponde. Esto debido a que actualmente solo hay una recomendación de parte de la OMS, (Organización Mundial de la Salud) pero no una política que establezca una cantidad específica.
Godoy explica que para reducir la vulnerabilidad hídrica hay tres ejes de acción principales. El primero es la conservación del recurso, lo que incluye estrategias enfocadas en la naturaleza. «Las herramientas de conservación apuntan a preservar el recurso con todas las estrategias industriales y basadas en la naturaleza que permitan hacer que exista una mayor disponibilidad».
El segundo gran eje es la eficiencia hídrica, lo que quiere decir que es necesario primero reducir las pérdidas del recurso y conservarlo, como también lograr que el consumo hídrico sea inferior por unidad de producción. En esta categoría se consideran aquellas acciones personales y domésticas que se pueden realizar para disminuir el consumo.
Un tercer eje para disminuir la vulnerabilidad del recurso es desarrollar nuevas fuentes, tales como la desalación o innovaciones como la cosecha de agua a partir de la humedad del aire. Aunque los expertos señalan que estas son buenas alternativas, es necesario evaluarlas dentro del contexto ambiental y regional. «Lo que hay que aplicar es el concepto de ‘acupuntura hídrica’; es decir, que las soluciones tienen que ser las mejores para aquellas particularidades del territorio», dice Godoy.