Hero Image

Noticias

Julieta Zamora, geóloga de UDD: “Si Estados Unidos y Ucrania cierran el acuerdo de tierras raras, podría reducir la dependencia occidental con China»

El potencial acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania para explotar tierras raras, enfrenta barreras significativas como incertidumbre geológica, política y logística, asegura Julieta Zamora, académica de la carrera de Geología de la Universidad del Desarrollo (UDD).

La reciente controversia en torno al acuerdo de minerales críticos entre Estados Unidos y Ucrania, ha generado diversas interpretaciones y preocupaciones en el ámbito geopolítico.

Este acuerdo apunta a que Estados Unidos acceda a los recursos minerales de Ucrania, incluyendo tierras rarasesenciales para tecnologías modernas y sectores estratégicos como defensa y energía renovable

Aunque Ucrania posee depósitos significativos de ciertos minerales críticos, la cantidad y viabilidad de sus reservas de tierras raras son inciertas. Estudios realizados durante la era soviética, carecen de evaluaciones modernas que confirmen la magnitud y explotabilidad de estos recursos. 

Además, hay que recordar que las tierras raras no son elementos escasos, sino que son de difícil procesamiento. Entonces, influye mucho el tipo de depósito que contenga las tierras raras, y especialmente, su relación con la roca que las contiene.

En efecto, actualmente China domina el mercado global de tierras raras, controlando aproximadamente el 40% de las reservas conocidas. 

Si el acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania se concreta y resulta en una explotación efectiva de estos minerales, podría alterar el equilibrio en este mercado, reduciendo la dependencia occidental de China.

No obstante, la incertidumbre sobre la cantidad real de tierras raras en Ucrania, sumada a la inestabilidad política y los desafíos en infraestructura energética, a raíz del conflicto con Rusia, complican la viabilidad de un proyecto en el corto o mediano plazo. 

En resumen, aunque el acceso a los minerales críticos de Ucrania podría ofrecer a Estados Unidos una oportunidad para diversificar sus fuentes y reducir la dependencia de China, las incertidumbres geológicas, políticas y logísticas plantean desafíos significativos.

Sin duda, la lucha por el dominio de las tierras raras se está transformando en una barrera para la transición energética.

Ello debido principalmente a la dependencia de un concentrado de suministro, donde China domina la cadena de valor, desde la extracción de tierras raras hasta su procesamiento y fabricación.

De hecho, controla alrededor del 70% de la producción global y el 90% del procesamiento. 

Estos minerales son fundamentales para turbinas eólicas, baterías de vehículos eléctricos y otros componentes esenciales para la transición energética.

Cualquier interrupción en el suministro afecta directamente el desarrollo de las energías limpias.

Así es, pero pocos países tienen la infraestructura para competir con China en la extracción y procesamiento.

Aunque Estados Unidos, la Unión Europea y otros actores están tratando de diversificar sus fuentes, desarrollar nuevas minas y refinerías.

El problema es que todo ello toma años y requiere grandes inversiones.

Además, hay que considerar las restricciones geopolíticas y económicasChina ha utilizado su dominio en este sector como una herramienta geopolítica.

En el pasado, impuso restricciones a la exportación de tierras raras en conflictos comerciales, lo que demuestra su capacidad para afectar el suministro global.

Esto genera incertidumbre para las empresas occidentales que dependen de estos minerales, para producir tecnología limpia.