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Equipo de SMI-ICE-Chile y la UDD presentan resultados del primer terreno en el bofedal de Lagunillas

Los equipos de Rehabilitación Ambiental y Dinámicas Ecosistémicas de SMI-ICE-Chile y del C+ de la UDD realizaron un seminario interno para presentar los resultados preliminares de la primera campaña de monitoreo en terreno, realizada en el marco del proyecto “Estimación de balance neto de emisiones de gases de efecto invernadero del bofedal Lagunillas y propuesta de compensación de carbono”, que se lleva a cabo para una empresa minera.

En esta instancia de intercambio y divulgación científica expusieron, por parte de SMI-ICE-Chile, María Paz Valenzuela, Pablo Bustos y Nicolás Orellana, y, en representación del C+, lo hizo Macarena Troncoso. También participaron de esta actividad, el Dr. Jacques Wiertz, el Dr. David Rubinos, Daniela Gamboa -de SMI-ICE-Chile- y Camilo Rodríguez, como director del C+.

María Paz Valenzuela, Macarena Troncoso, Pablo Bustos y Nicolás Orellana expusieron los distintos aspectos técnicos y alcances de esta primera campaña en terreno que contó con la validación de la comunidad indígena Aymara de Cancosa y la participación de sus monitores ambientales. Durante los seis días que se entendió este terreno, se tomaron muestras de suelos y sedimentos, y se monitorearon variables ecofisiológicas de plantas. La finalidad: medir los flujos de gases de efecto invernadero de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4), y vapor de agua (H2O) en el bofedal.

Ubicado en la zona altoandina de Tarapacá, el bofedal Lagunillas es un ecosistema de gran relevancia debido a su biodiversidad y capacidad única de capturar y almacenar carbono, un factor clave en la regulación del clima. La pérdida de carbono en estos ecosistemas no solo acelera el cambio climático, sino que también tiene graves repercusiones para la salud de los ecosistemas y el bienestar humano.

El bofedal de Lagunillas provee de diversos servicios ecosistémicos a las comunidades indígenas de Lirima, Collacagua y Cancosa, mayoritariamente Aymaras, que hacen un uso ancestral de este lugar y subsisten principalmente de actividades agropecuarias. Sin embargo, la alta demanda por el uso de aguas subterráneas en los humedales altoandinos ha afectado la estructura y conservación de estos ecosistemas, impactando la provisión de servicios fundamentales para el bienestar humano y el desarrollo económico local.

Este proyecto propone además generar un plan de conservación a largo plazo que se anticipe a los efectos del cambio climático y a las posibles alteraciones en el balance neto de emisiones de gases de efecto invernadero, así como a los cambios en las tasas de captura y emisión de carbono.

Este proyecto, liderado por SMI-ICE Chile, cuenta con un equipo que también integran investigadores de la Universidad de Queensland, la Universidad de Concepción y la Universidad del Desarrollo.