Por: Sofía Martínez Larraín, Coordinadora de Nodos Tecnológicos Territoriales, Facultad Ingeniería UDD
Estar presente en diferentes territorios y regiones de Chile, conocer sus contextos y compartir con su gente, nos ha recordado algo que la academia a veces olvida, y es que la innovación con sentido ocurre cuando la tecnología se vincula de verdad con el territorio y con quienes lo habitan.
Frente a un mundo marcado por desafíos complejos como el cambio climático, la transformación digital, transición energética, soberanía alimentaria y nuevas formas de producir, innovación en materiales, salud y bienestar, la ingeniería no puede seguir pensándose solo desde la sala de clases o el laboratorio tradicional. Necesitamos salir, dialogar, vincularnos. Escuchar a quienes viven las problemáticas en primera persona y cocrear soluciones desde el respeto y la colaboración.
Chile es un país diverso y lleno de posibilidades. Pero ese potencial se pierde cuando se mira solo desde el centro. Santiago no es Chile. Y formar profesionales conscientes de esa realidad, capaces de diseñar desde contextos locales y con pertinencia territorial, es uno de los grandes desafíos que tenemos como comunidad académica.
La formación en ingeniería debe ir más allá de los contenidos técnicos. Debe incorporar experiencias en terreno, conexión con comunidades, comprensión profunda de los contextos y validación real de los problemas que se buscan resolver. No se trata solo de aplicar conocimiento, sino de compartirlo, construirlo en conjunto, y devolverlo en forma de soluciones pertinentes y sostenibles.
Chile, con su geografía, su diversidad cultural y su riqueza natural, es un gran laboratorio vivo. Llevar nuestras capacidades tecnológicas a esos espacios y al mismo tiempo dejar que esos espacios transformen nuestra mirada, es una forma de construir una ingeniería más humana, más conectada y más consciente.
Ese es el camino que estamos y queremos seguir recorriendo. Uno que no solo forma profesionales, sino que invita a ejercer la ingeniería desde una profunda comprensión del país real y de las personas que lo habitan.